viernes, 9 de junio de 2017

120 Años del Nacimiento del Cine 1996 - 2005


Si algo caracterizó la década de finales de los 80 fue la aparición del vídeo y el aumento de los canales en la televisión, que hizo que el cine empezase a perder el interés que había tenido hasta entonces.

Las productoras tuvieron que empezar a adaptarse a otros nuevos géneros entre los que destacaban los efectos especiales y fue así como muchos directores de culto empezaron a crear cine más comercial.

Fincher o Tarantino crearían a principios de los años 90 algunos de sus mejores films, un ejemplo en el caso del segundo sería su aclamada Pulp Fiction (1994), elegida la mejor película del director hasta la fecha.

También Europa nos dio grandes películas como El Último Emperador (1987) de Bertolucci o, en el caso de España, Belle Epoque (1991), con la que Trueba ganaría nuestro segundo Oscar.

A partir del año 95 lo más destacable en Hollywood fue que algunos actores se convirtieron en productores y/o directores, haciendo un trabajo más laborioso pero también más reconocido. Es el caso de Mel Gibson con la impresionante en todos los sentidos BraveHeart (1995), Tim Robbins, Pena de Muerte (1995) o Tom Hanks con The Wonders (1996).

Pero una película sería reconocida por ser la película por antonomasia de los años 90. Titanic (1997). Y es que James Cameron consiguió traspasar la barrera de los efectos especiales con esta maravilla e inició así el camino de salida para lo que se nos vendría a partir de entonces.

Matrix (1999) de los Hermanos Wachowski también resultó decisiva para el avance de los efectos especiales digitales en el cine, pues introdujo progresos audiovisuales hasta entonces casi desconocidos o poco utilizados.

Europa siguió su ascenso, ahora ya no sólo en guion sino que empezó a abrirse al mercado internacional gracias a los efectos especiales.
Luc Besson, ya conocido por Nikita, dura de matar (1989), se abrió al mercado internacional gracias a El Quinto Elemento (1997), una película futurista con actores muy conocidos en Hollywood y con unos llamativos efectos especiales.

Pero sin duda, la gran sorpresa europea sería el Dogma 95, un movimiento danés creado con motivo del centenario de la invención del cine en el que se recogía un manifiesto para crear un cine alejado de los arquetipos hasta entonces vistos.
Algunos de sus ‘mandamientos’ serían rodar la película cámara en mano, a color, en localizaciones reales, prohibición de todo tipo de filtro y efecto óptico o un formato de 35 mm.
Lo que estos directores, entre los que se encontraba Lars Von Trier, Los Idiotas (1998) o Bailando en la Oscuridad (2000), intentaban dejar claro que un buen cine no tenía por qué ir ligado a un alto presupuesto o unos efectos especiales espectaculares.

En España, un viejo conocido de la movida madrileña, Pedro Almodóvar, ganó su primer Oscar de la Academia con Todo sobre mi Madre (1999), una película que seguía su línea aperturista y hablaba sin tapujos de la homosexualidad y el travestismo, así como del cáncer.

La gran revelación española de la década, sin duda sería Alejandro Amenábar que, con su Tesis (1996), se metió a la crítica en el bolsillo y empezó a dar pasos de gigante que terminarían con el Oscar en 2005 por Mar Adentro.



Este mes, os queremos recomendar los que son, en nuestra opinión, dos películas que retratan el fenómeno del cine entre 1996 y 2005.
La primera, es la ya nombrada Bailando en la Oscuridad de Lars Von Trier. Un film dogma lleno de encanto que tiene desgarradora BSO de la cantante islandesa Björk, protagonista principal.

Y en contraste hablaremos de Titanic, película del visionario James Cameron que todos conocemos, con un guion mediocre pero unos efectos especiales hasta entonces nunca vistos.

 

 Esperamos que las disfrutéis.

miércoles, 22 de marzo de 2017

'La Bella y la Bestia', un nostálgico placer

El pasado viernes llegó a los cines uno de los estrenos más esperados del año: el remake live action de 'La Bella y la Bestia', protagonizado por nuestra queridísima Emma Watson, en el papel de Bella, y otros actores de renombre como Dan Stevens (Bestia), Luke Evans (Gastón) e Ian McKellen (Din Don). Quienes nos escuchasteis ayer en Radio Jove sabéis que le dedicamos un espacio de nuestra tertulia cinéfila, pero nos quedamos con tantas ganas de contaros más cosas que pensamos en dedicarle una extensa entrada en nuestro blog. ¡Y aquí estamos!
Escena del baile en el castillo encantado

A estas alturas sería extraño que no conociérais este maravilloso cuento de hadas. Aún así, vamos a contaroslo una vez más: La historia se centra en una joven campesina llamada Bella que vivió a finales del siglo XVIII en una pequeña aldea de Francia. Su padre, un conocido inventor llamado Maurice, se marcha a una feria anual de inventores con tan mala suerte de perderse, ser atacado por lobos y acabar refugiándose en un viejo castillo encantado.
El amo y señor del lugar, un príncipe hechizado con cuerpo de bestia, lo recluye en una celda a modo de bienvenida. Por supuesto, Bella corre en su búsqueda con ayuda de Phillip, el corcel de la familia, que ante lo sucedido corre despavorido hacia casa. A su llegada al lugar la chica decide intercambiarse por el viejo Maurice para salvarle la vida, pasando a ser ella la prisionera del monstruo. A partir de entonces, Bella descubrirá la maldición que afecta al lugar y sus habitantes y hará todo lo posible por ayudarlos. Además, con el paso del tiempo se dará cuenta de que bajo el egoísmo de la bestia hay un gran corazón.
Esta sinopsis nada tiene que ver con la leyenda original, mucho más oscura tanto en su desarrollo como en la moraleja final que plantea. La versión que nos ha llegado a través de Disney surge de la adaptación que hizo en 1756 Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, basada a su vez en la escrita por Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve 10 años atrás. Aún así, nos encontramos con grandísimas diferencias; lo que permanece en cualquier caso es el transfondo crítico a los matrimonios de conveniencia.
Con respecto al remake de este año, podemos decir contentos/as que sí se acerca muchísimo a la película original que nos encandiló en la infancia, tanto en la forma de mostrarnos el desarrollo del cuento como en el carácter de los personajes, los entornos y la banda sonora. Sin duda, verla en el cine es una maravillosa forma de volver atrás en el tiempo y sentirse otra vez pequeño/a.
Fotografía del elenco, imitando a los protagonistas
Ellos sí que saben hypear al público.

La historia y los/as protagonistas
Una de las cosas que más nos ha gustado es que Bill Condon y su equipo se han molestado en introducir nueva información de los personajes que complica la historia. Así, nos encontramos ahora con revelaciones del pasado de Bella y de Bestia que nos permiten encontrar muchas similitudes entre ambos (a pesar de pertenecer a estratos sociales y lugares distintos). A su vez, también se descubre nueva información sobre el por qué de la maldición aplicada al servicio del castillo.
Pero no son estas las mayores sorpresas. Hay tres hechos que destacan sobre todos los demás: El primero, la relevancia que cobra LeFou, fiel acompañante de Gastón, al poseer una subtrama en la que Disney reafirma su homosexualidad y el amor que profesa hacia su compañero de aventuras. El segundo, la intensificación de la parte más feminista y desafiante de Bella, que en mucho se relaciona con la persona que le da vida en pantalla...; y el tercero, la inclusión de secundarios y extras negros/as para fomentar el respeto entre los más peques.


La ambientación
Otro punto a favor de esta nueva versión es que los escenarios en los que se desarrolla son extraordinariamente parecidos a los originales, y mucho más bellos. Todo se lo debemos agradecer a Sara Greenwood, encargada de trasladar los lugares de la película dibujada a la real. Por otro lado, también se basó en en la película de Jean Cocteau de 1946 para diseñarlos.
El techo y las torres del castillo encantado es una combinación entre el estilo barroco del palacio de Vaux-le-Vicomte y la arquitectura renacentista de Chambord. Por si os apeteciera ir a visitarlos para hacer la comparativa, el primero se encuentra junto a la ciudad de Maincy y el segundo, en la región del Loira; en ambos casos, al norte del país galo. Asimismo, los interiores son una mezcla del estilo de Versailles y la abadía alemana de Brunau.
Respecto a la aldea, fue creado desde cero por el equipo de la película, aunque la idea primera fue inspirarse en un lugar real como Conques o Noyers-sur-Serein. Se necesitaron 2.574 metros cuadrados para montarlo, por lo que se hizo dentro de un gran set en Shepperton, en el Reino Unido. Las ambientaciones exteriores fueron rodadas también en diferentes puntos de este país.

La banda sonora
¿Y qué decir de las canciones que acompañan a esta preciosa historia Disney? Para los más nostálgicos, la respuesta es sí: sí encontraréis todas las canciones del filme animado. Todos ellos cuentan con sus particularidades, nuevos arreglos que les sientan como un guante y complementan a la perfección la parte visual. No podía ser de otra forma teniendo en cuenta la participación de Alan Menken en el proceso creativo.

En cuanto a las novedades, son pocas pero muy buenas en casi todos los casos. El único fallo que podríamos sacar estaría en el tema '¿Cómo un instante se hace eterno?', de Maurice, pues llega al poco de terminar la canción de Bella y es totalmente prescindible. Al margen de este “error”, lo que nos ha sorprendido gratamente es el debut de Bestia en solitario ('Esperándola sin más'), transmitiéndonos la pena que siente por la marcha de su amada tras la mítica escena del baile. No solo acaba de dejar clara la evolución del personaje, sino que le da una fuerza tremenda a su nueva faceta enamoradiza, sensible y comprensiva. Os la dejamos aquí abajo... pero cuidadito, que da para lagrimones.

martes, 14 de febrero de 2017

Especial San Valentín. Los 10 mejores besos de la historia del cine

Con motivo del día más romántico del año, hemos querido hacer una lista de la que es para nosotros los 10 mejores besos de la historia del cine.

1. El Diario de Noah

Inolvidable aquel beso bajo la lluvia lago de Noah y Allie que consiguió dejarnos sin aliento.




2. Lo Que El Viento Se Llevó

Escarlata O´Hara pretendía ser una chica dulce y desvalida para conseguir aquello que quería de un Rett Buttler no tan ingenuo.




3. Casablanca

Un final inesperado que nos dejó uno de los mejores besos de la historia del cine y también uno de los más tristes. Y es que fin y al cabo... Siempre tendrían París...




4. De Aquí A La Eternidad

Sin duda el beso más húmedo de todo el celuloide y también uno de los más vistos en publicidad.




5. Ghost

Nunca una pieza de cerámica dio para tanto.
Demi Moore y Patrick Swayze nos dieron una lección sobre erotismo en esta escena que ni de lejos el Señor Grey se atrevería a imaginar. Todo ello aderezado con la impresionante BSO de Righteous Brothers y su Unchained Melody.




6. La Dama y El Vagabundo

Walt Disney nos enamoró con la cena más romántica de la historia. Ocurría entre dos perros, Dama, Cocker Spaniel y Golfo, un perro callejero.




7. Mi Chica

El primer beso jamás se olvida, y si no que se lo digan a Macaulay Culkin.




8. Spiderman

Otro beso bajo la lluvia y aunque no es de los mejores sí es de los más originales, pues Peter Parker alias Spiderman se colgaba de la pared boca abajo para dejar que Mary Jane le diera el beso de su vida.




9. Crueles Intenciones

Nuestra tan querida Buffy, Sarah Michelle Gellar, enseñaba a besar a Selma Blair con uno de los momentos más sensuales que podemos recordar.




10. ET

Como no recordar aquel mítico beso en el que Elliot, poseído por el alma de ET, daba un beso semejante al de la película que este último veía mientras tanto.




Como regalo, os dejamos el primer beso en toda la romántica historia del cine, con Mary Irwin y John Rice en el año 1896.




Esperamos que os haya gustado este post y os deseamos un día muy muy romántico.